Observo al silencio
que todo lo sabe y todo lo ignora.
Me gusta cerrar los ojos
cuando respiras,
escuchar las cosas que no dices
para después,
entretenerme a solas.
Tú mismo me hiciste creer en la palabra,
en el encanto que sin querer encierra,
en aires abiertos,
en este abrazo acostumbrado.
Así como eres,
como estás ahora,
así te quiero,
te quiero porque esta pureza
se hizo presente,
te quiero por ti y por mí,
por el amor que nos domina.
De raíz y sangre están hechos los poemas,
poemas que sin saberlo
cuentan nuestra historia,
una historia que nadie ve
por el simple hecho de existir.
Pilar Molina.